Tras una despedida de soltero, Raúl (Salva Reina) se acerca a la habitación de Santi (Carlos Bardem) para mantener una última charla antes del gran día. Lo que comienza como una conversación informal entre amigos evoluciona a lo largo de la noche hacia una confesión inesperada que pondrá en jaque su relación, revelando sentimientos silenciados durante años. A medida que avanza la madrugada y el amanecer ilumina la escena, ambos protagonistas se ven confrontados con su verdad más íntima.

La directora del cortometraje, Cecilia Gessa, indaga en el universo emocional de la historia a través de los matices de esta relación: “La amistad es uno de los mayores regalos de la vida, un vínculo que no exige sangre ni contratos, sino un entendimiento profundo y mutuo. Sin embargo, también puede ser un terreno complejo, lleno de matices y silencios”, explica.

En ese contexto, Gessa propone una reflexión sobre los vínculos prolongados en el tiempo y la incomodidad que puede surgir cuando los afectos cambian o se silencian: “A través de la relación entre Raúl y Santi quiero explorar esa complejidad, esa tensión que surge cuando los intereses ya no son los mismos o cuando la relación persiste más por hábito o conveniencia que por auténtico afecto”.

Además, la directora pone el foco en una de las capas más sensibles de la historia: el amor no correspondido en el marco de una amistad. “Me interesa abordar la idea de la soledad en compañía: ese sentimiento de vacío que puede persistir incluso estando rodeado de gente, cuando no te sientes comprendido ni visto realmente por quienes te rodean. También quiero sumergirme en la experiencia emocional de enamorarte de un amigo y guardar ese sentimiento en silencio durante años”.

Con UNA CONVERSACIÓN PENDIENTE, Cecilia Gessa entrelaza con sutileza temas como la amistad, la soledad y el deseo silenciado, ofreciendo un retrato emocionalmente honesto de cómo lo no dicho puede modificar profundamente la forma en que nos relacionamos.